Dios mostró al Principito que su propósito tenía sentido
“Mientras la bancada provida del Senado cierra los oídos, ignora las realidades y se escuda en discursos de conveniencia, el Concejo de Bogotá demuestra que sí es posible escuchar, abrir el debate y dignificar la voz ciudadana. La diferencia es clara: unos eligen la ceguera como estrategia, otros entienden que la política es servicio y conversación. Y en esa distancia queda retratada la verdadera esencia de cada proyecto político: callar o escuchar, imponer o dialogar, desviar el propósito de Dios o caminar con él.”
Cuando el Senado calla y la bancada provida se diluye, la esperanza del Principito brilla en el Concejo de Bogotá
“El Principito nos recuerda que lo esencial es invisible a los ojos, y que cada niño, cada familia y cada vida son las luces que mantienen encendida a Bogotá. Hoy esa luz está en riesgo: pretenden convertir nuestra ciudad en la capital mundial del aborto y de las mal llamadas infancias trans, bajo agendas que no respetan ni a los más indefensos.
Ante el silencio del Senado y la dilución de su bancada provida, es en el Concejo de Bogotá donde queda la esperanza. A ustedes, concejales, y a cada ciudadano, les pedimos no permitir que esta ciudad se convierta en plataforma de ideologías que destruyen la vida y la familia.
Bogotá merece seguir siendo un faro de verdad y esperanza. Defendamos juntos lo esencial: la niñez, la familia y la vida.”
El Principito y el asteroide del cuidado
“En la ciudad más cerca de las estrellas, el Principito mira desde su asteroide a Bogotá, la ciudad de sus amores. Allí donde debería brillar el cuidado, las luces titilan débiles, porque los recursos se fragmentan y las promesas se apagan antes de tiempo. El control político no es un castigo, es la urgencia de encender de nuevo cada farol, para que las mujeres que sostienen la vida no queden en la sombra. Porque si se marchitan quienes cuidan, también se apaga la estrella más cercana al corazón.El Principito estaba sentado en su pequeño asteroide. Desde allí miraba las estrellas y, entre ellas, distinguía una luz diferente: era la ciudad más cerca de las estrellas, la más cercana a su asteroide. Sus volcanes dormidos parecían encenderse de celos, pues el niño no apartaba la mirada de aquel lugar que le hacía latir el corazón”.
La luz del Senado alumbrará el camino de la salud, no la sombra de una reforma improvisada
“La reforma a la salud que hoy se debate en el Senado está llena de buenas intenciones, pero mal diseñada. La Defensoría advierte que carece de un análisis fiscal serio, Hacienda reconoce que hay fondos sin cuantificar y la academia alerta sobre la falta de planeación del talento humano.Eliminar las EPS como aseguradoras sin un reemplazo definido es un salto al vacío: ¿quién manejará las redes, el agendamiento, las incapacidades o la caracterización de la población?Hay artículos críticos que deben cambiar —del 5 al 61— porque comprometen dinero, hospitales, personal y la continuidad de los tratamientos.”
Por eso, el llamado es claro: senadores de Colombia, la salud no admite improvisaciones. La ciudadanía confía en que hundirán esta reforma y abrirán el camino para una propuesta seria, transparente y bien financiada.
Lorena Ríos y la sombra del asteroide AJ: lo que descubrió el Principito
“La amenaza del asteroide AJ (Alexander). El Principito, acompañado por el Zorro, la Rosa y el Farolero, descubrió que algo oscuro rondaba los asteroides. No era una simple inquietud: la luz que tanto costaba encender se estaba apagando. Entonces apareció la verdad. El asteroide AJ (Alexander, exdirector de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior) volvía a orbitar, protegido bajo la sombra de Lorena Ríos, como una amenaza para la vida, la Iglesia y la niñez.
El Principito comprendió que no se trataba de un rumor: las cifras y los hechos lo confirmaban. Durante la gestión de AJ se dispararon las vulneraciones a la libertad religiosa en un 31%, se entregaron más de 1.600 personerías jurídicas dudosas, se dejaron líderes sin protección frente a amenazas, y se avalaron proyectos que atacaban la fe y la familia. Todo esto, mientras la burocracia cristiana se imponía sobre los valores que decía defender.
Así, el Principito supo que AJ no era solo un director: era un asteroide que apagaba la luz, y que su amenaza seguía presente porque la sombra de Lorena Ríos lo protegía.El Principito, después de haber vivido un día distinto a todos, sintió lo que él llama diosidencias: un presentimiento que lo inquietaba en lo más profundo de su corazón. Había hablado con sus amigos, había pactado con ellos la paz y la amistad —tesoros que siempre defendía, sobre todo con aquellos que lo habían acompañado en los momentos más críticos—. Sin embargo, la zozobra no lo dejaba en paz”.