¿El día de la libertad… o el inicio de algo más oscuro?
El 28 de julio de 2025 no será un día cualquiera. En medio de una institucionalidad debilitada, una justicia cuestionada y una ciudadanía profundamente dividida, Colombia enfrenta una decisión que trasciende a una sola persona: se trata del rumbo mismo de nuestra democracia. Mientras se enjuicia al expresidente Uribe en un proceso lleno de dudas jurídicas y señales de interferencia política, lo que está en juego no es solo un veredicto, sino la credibilidad de nuestras instituciones, el respeto por las libertades y el equilibrio de poderes. Este no es un juicio común: es un espejo del país que estamos construyendo, o destruyendo
“Rafael Pombo reencarnó… y amenaza medios: cuentos, crucifijos y constituciones bajo ataque”
“La presidencia de Gustavo Petro contada como fábula, pero con advertencias reales
En un país donde la libertad de prensa está garantizada por la Constitución, resulta preocupante —aunque ya no sorprendente— que el presidente Gustavo Petro, ahora autoproclamado intérprete de la realidad a través de cuentos, crucifijos simbólicos y trenes que nunca arrancan, dedique sus alocuciones no a gobernar, sino a reprender medios por ejercer el periodismo. En su relato, el problema no es la falta de ejecución, sino la osadía de quienes se atreven a contarlo. Así, el jefe de Estado parece más obsesionado con escribir fábulas que con construir país… aunque eso sí, con advertencias al mejor estilo de los villanos de los cuentos que tanto le gusta contar”.
¿El gobierno del cambio? El abandono de la familia
“En nombre del cambio, este gobierno ha desmantelado los pilares que sostenían a millones de familias colombianas. Hoy, la vivienda es un privilegio, la educación un sueño lejano, y la comida un lujo inalcanzable. Mientras el presidente viaja y repite discursos sobre justicia social, la familia —célula vital del Estado— ha sido abandonada, empujada a la incertidumbre y a la pobreza. No hay equidad cuando se reduce la cobertura, no hay justicia cuando se recortan oportunidades, y no hay futuro cuando se deja sola a la familia”.
¿Y los niños, señor Presidente?
“En un país que se proclama potencia de vida, los niños siguen siendo invisibles. Mientras más de 560.000 menores padecen desnutrición crónica, otros son víctimas de trata, mendicidad forzada o reclutamiento ilegal, sin que exista una respuesta real del Gobierno. Hoy, más que nunca, el Congreso tiene la oportunidad de asumir el liderazgo que el Ejecutivo ha dejado vacío, legislando con rigor y empatía por quienes no tienen voz: los niños, el presente y el alma de Colombia.”
Legislar para los niños es un deber, no una vitrina
“Legislar por la niñez no puede ser una consigna vacía ni una plataforma para figurar. El proyecto “Con los niños no te metas” revela una alarmante falta de rigor técnico y una peligrosa improvisación legislativa. La protección de los menores exige compromiso, conocimiento y respeto por quienes han trabajado con seriedad por años. Pero cuando se legisla desde el escritorio y no desde el deber, el daño no es político: es moral, social y humano”.