“Rafael Pombo reencarnó… y amenaza medios: cuentos, crucifijos y constituciones bajo ataque”

“La presidencia de Gustavo Petro contada como fábula, pero con advertencias reales
En un país donde la libertad de prensa está garantizada por la Constitución, resulta preocupante , aunque ya no sorprendente que el presidente Gustavo Petro, ahora autoproclamado intérprete de la realidad a través de cuentos, cruces simbólicos y trenes que nunca arrancan, dedique sus alocuciones no a gobernar, sino a reprender medios por ejercer el periodismo. En su relato, el problema no es la falta de ejecución, sino la osadía de quienes se atreven a contarlo. Así, el jefe de Estado parece más obsesionado con escribir fábulas que con construir país… aunque eso sí, con advertencias al mejor estilo de los villanos de los cuentos que tanto le gusta contar”
.

Hoy, regresando de una cita médica, me encontré con una historia tan inverosímil como familiar: el presidente Gustavo Petro o mejor dicho, el Rafael Pombo del siglo XXI, junto a su fiel pastorcito, anunciando que los medios de comunicación estarían conspirando contra su gobierno.

¿La solución? Amenazarlos, claro. Porque en el mundo fantástico del Palacio de Nariño, la crítica no se responde con argumentos, sino con advertencias. ¡Érase una vez… un mandatario al que no le gusta que lo contradigan!

Pero la pregunta de fondo es simple:
¿Están los medios realmente en contra del gobierno?
O más bien, ¿están cansados como buena parte del país de tragarse cuentos narrados como políticas públicas?

Porque una cosa es gobernar, y otra es improvisar con estilo de cuentacuentos. Lo que vemos no es prensa enemiga, es periodismo crítico. Lo que escuchamos no son noticias falsas, son verdades incómodas para quien se acostumbró al aplauso automático.

Y sí, puede sonar drástico, pero Petro se ha convertido en el Rafael Pombo del poder ejecutivo. Solo que sus cuentos no encantan, preocupan.

·       Trenes imaginarios a China,

·       Universidades fantasmas en el Catatumbo,

·       La niña enviada a negociar con petroleras,

·       La ayuda internacional rechazada sin sentido,

·       El atentado que no fue magnicidio,

·       La Cruz Tau usada como accesorio de campaña, mientras niega la existencia de Dios y desacredita a la Iglesia.

¿Devoción o disfraz? ¿Fe o populismo simbólico?

Y mientras tanto, los periodistas, esos sí de carne y hueso, intentan hacer su trabajo entre fábulas y contradicciones.
La prensa no estudió para aplaudir cuentos, sino para narrar realidades.
Y eso, presidente, parece doler más que una columna en contra.

¿Entonces criticar es traición? ¿Preguntar es ser enemigo?
No señor. Es simplemente democracia. No necesita física cuántica para entenderlo, solo respeto por la Constitución.

Porque esa misma Constitución que usted prometió respetar incluye cosas como:

·       La libertad de expresión

·       La libertad de prensa

·       Y el principio de soberanía nacional, que está en entredicho con su soñada “zona binacional” con Venezuela (país que, si hacemos respetar nuestra plataforma marítima, se quedaría sin salida al mar por Zulia… detalle no menor).

Entonces, presidente: menos amenazas, más gestión.
Menos Tau, más Estado.
Menos cuentos, más resultados.

Ya vamos llegando al último año. Van 55 ministros, más de 150 viceministros… y aún no hay ni una piedra, como bien dijo la representante Lina Garrido.

Y como todo cuento tiene su final:
Colorín colorado, ¿este delirio presidencial se ha acabado?.

 

 

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