Zapatos, Gatos y Ratones: El Juego de las Escondidas en el Tablero del Poder

“En un tablero donde los movimientos ya no los dicta la soberanía, sino la presión internacional, los protagonistas de nuestra región juegan a las escondidas. Entre el gato que finge dormir, el ratón que corre sin saber dónde esconderse y los zapatos que no son suyos, la mirada del mundo se posa sobre América Latina, y esta vez no es por sus carnavales ni por sus paisajes”.

Hoy no pensaba escribir. Es mi cumpleaños, y la intención era sencilla: descansar, reír, compartir con mis seres queridos. Pero, como me enseñó un profesor: “el sistema internacional es anárquico, en cualquier momento puede haber un caos”. Y el caos, fiel a su naturaleza, no pidió permiso para irrumpir.

El presidente Donald Trump firmó una directiva secreta al Pentágono para preparar una respuesta militar contra los cárteles de la droga en América Latina, tras declararlos como organizaciones terroristas. Esta decisión permite al Departamento de Defensa trazar operaciones con fuerzas especiales, vigilancia aérea, inteligencia y acciones marítimas. Por ahora, no habrá despliegue de tropas, pero la alerta está encendida, y por primera vez en mucho tiempo, América Latina es observada con la seriedad de una zona de alto riesgo.

Fue inevitable pensar en mi país… y en el vecino. Ni siquiera Pablo Escobar, en su época de terror, tuvo una orden de captura tan alta como la que recae sobre el “amigo del Rey Principito”, Nicolás. Y, como un eco cinematográfico, recordé la película Zapatero a tus Zapatos: si te pones los zapatos de otro, te conviertes en él. Hoy, no me los pondré para caminar, sino para hacer preguntas que muchos no se atreven a formular.

Nicolás M.: ¿Cómo se enteraron? ¿Soy el general del Cártel de los Soles? ¿El ELN me protege? ¿Diosdado y Padrino López moverán fichas por mí? ¿Por qué Rusia e Irán callan? ¿Hasta dónde me cubre la sombra del Rey Principito? ¿Debo esconderme como Bin Laden o Hussein? ¿La gente daría la vida por mí? Venezuela arde en crisis, y mientras tanto la mira del mundo se clava en mi nombre, y no hay discurso ni tarima que lo borre.

Rey Principito: ¿En mi asteroide de Nariño todo sigue bajo control? ¿La “paz total” será la piedra que hunda mi barco? ¿Lanzo noticias de incautaciones de cocaína para distraer? ¿Se las atribuyo al Clan del Golfo o al ELN? ¿La zona binacional con Venezuela… qué respuesta lógica tengo, si el Catatumbo es la mayor despensa de coca? ¿Le echo la culpa a Nicolás? ¿Y si el “Hombre Marlboro” que financió mi campaña aparece en la lista? ¿Me protegerán las Fuerzas Armadas, debilitadas y rendidas ante los grupos armados por mi culpa? En mi asteroide ya no hay paz: el miedo ha mudado su residencia aquí, y aunque escriba discursos en X y monte a la tarima para culpar al primero que pase, sé que el telescopio internacional ya me tiene enfocado.

Nico y Day: ¿A quién recibimos dineros? ¿Eran legales o manchados de coca? ¿Qué guarda la Fiscalía? ¿Los chats revelan vínculos con narcos? ¿Las reuniones para ayudar a mi padre cuentan como complicidad? ¿El dinero que le pasaron a él forma parte del enriquecimiento ilícito? ¿Conviene confesar, cerrar el proceso y quedarme en Colombia antes de que me extraditen?

Senador Embajador: ¿Qué hay del computador de Reyes? ¿Las fotos con las FARC eran “humanitarias” o son prueba de vínculos? ¿Qué pasará con los chats alojados en los servidores de Meta Platforms? ¿Debo pedir asilo a Nicolás, aunque Venezuela esté a las puertas del conflicto? ¿Me agrava que los hijos de Uribe, ciudadanos americanos, me hayan denunciado? ¿Las amenazas cruzadas son ya un problema internacional? ¿Y mi amigo Del Río? ¿Ahora qué hago?

Así, uno por uno, los que han orbitado cerca de las FARC y de su red de aliados internacionales se preguntan cómo terminará esta partida. Porque en este tablero, ya se movieron las piezas y no hay marcha atrás. La presión internacional es una marea que no retrocede, y el eco de las decisiones tomadas en Washington se escucha en cada capital latinoamericana.

Volviendo a mis zapatos y recordando un video de Fujimori explicando la farsa del proceso de paz colombiano, me pregunto: ¿Qué información tiene el gobierno de Estados Unidos? ¿Cuántos caerán? Pero la verdad es que el tablero ya se movió… y las fichas, grandes y pequeñas, están temblando.

En aquel rincón del universo, el Rey seguía creyendo que su trono era tan alto como para alcanzar las estrellas, aunque cada decreto que lanzaba caía como pluma sin viento.
El vecino de la gran capa lo miraba desde su propio asteroide, seguro de que el tiempo era un aliado eterno.
En una pequeña órbita, un joven y su rosa jugaban con cristales frágiles, convencidos de que no se romperían.
Y en la penumbra, un viajero de mirada grave contaba estrellas, no para admirarlas, sino para asegurarse de que ninguna escapara de su cielo.
Pero el cosmos, silencioso y paciente, sabía que incluso los astros más orgullosos acabarán inclinándose ante la luz de la verdad… y que esa luz ya venía en camino.

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